jueves, 30 de agosto de 2007

Niña Perdida



“ NIÑA PERDIDA ”

Siempre fui niña perdida,
así que “Nunca Jamas” será mi nuevo mundo.
Pondré un Nunca Jamas a las diplomacias,
a las hipocresías, a las vanas palabras,
sobretodo y ante todo pondré un Nunca Jamas a los adultos.
Si, si, a esos señores que piensan que son más importantes
porque sobrepasaron el 1’50m,
elegantes porque usan corbata y chaqueta negra.
Importante por su reloj, maletín y bigote.
Sólo vendrán a mi nuevo Mundo
aquellos que recuerden una sonrisa de niño.
Aquellos de ojos limpios y oídos crédulos.
Aquellos que sepan descubrir la magia escondida
en el interior de cada ser humano,
que los convierte en seres especiales,
capaces de cambiar el mundo.
Y por que no,
también la escondida en lo animal, vegetal
y de la tierra que nos sostiene.
Aquellos vendrán a mi mundo
porque sólo ellos ganaran la batalla al tiempo,
a la soledad, a la enfermedad de la tristeza.
Sólo ellos arriesgaran la piel para amar
sin pensar en la cuenta corriente de mañana.
Nunca Jamas será mi nuevo mundo
y yo niña perdida para tu mundo irreal
de estómagos vacíos desheredados de la tierra,
violentos avaros, indolentes ciudadanos.
Niña perdida será mi mundo de corazones usados,
remendados, arriesgados, temblorosos, emocionados,
gratuitos, juguetones, enamorados.

Mª José

2 comentarios:

MiguelÁngelMoreno dijo...

Hola!! Me alegra ver que gente conocida se anima a asomarse al mundo cibernético, y más cuando se hace para contar cosas bonitas, que al fin y al cabo son las que merecen la pena en la vida.
Yo superé los 1,50 pero no me pasé demasiado, por lo que considero que sigo siendo un niño, y por ello me ilusiona mucho lo que escribes y estaré encantado de leerte muchas veces.
Por si no lo sabías, yo también tengo un blog desde hace tiempo: lapalabraeslacasadelser.blogspot.com. Espero que te guste.

Un abrazo

Mestalayo dijo...

Me ha encantado... Yo hace mucho tiempo que decidí que no quería hacerme mayor, por eso, como Miki, no me he alejado demasiado del 1'50 para que no me obligaran. El humor, la risa sincera, la capacidad de asombro y el amor incondicional... grandes armas para enfrentarse a la vida adulta sin perder el corazoncito infantil.