"Unos días en la sierra"

Este verano ha sido maravilloso, relajante, deportivo, viajero y momento de reencuentros. Uno de ellos ha sido la visita de María y Joa, los cuatro ;) nos fuimos unos días por la sierra de Gredos, la zona de la Vera y el valle del Tietar, durmimos en una casa rural con su piscina y todo, cerca del Raso y desde allí nos movimos con el civic.

En Cuacos de Yuste visitamos el Monasterio de Yuste, el último destino de Carlos I, curioso porque ya en otra entrada hable del castillo donde nació en Gante y que también visité.

Carlos I vivió sus del 1556-1558 cuando falleció., El regente en está época ya había abdicado en favor de su hijo, padecía de gota y asma, pasaba largo tiempo en su cama, así que se abrió una puerta que da desde su dormitorio al altar de la capilla del monasterio, para así asistir a la misa.

El palacio es pequeño consta de una sala para la guardia, una biblioteca, el despacho para recepciones oficiales y el dormitorio, todas estancias sencillas.

la capilla tiene un altar realmente llamativo que recuerda, lógicamente, al de San Lorenzo del Escorial ya que fue diseñado por los arquitectos de Carlos I y dos claustros, uno gótico y otro románico, actualmente está habitado por la orden de los Jerónimos.

Pasemos por pueblos de la Vera con construcciones de madera, con encanto, típicas de la zona extremeña. En cada salida de los pueblos nos encontrábamos con pozas naturales.
Cerca del Raso visitamos un castro celta y la reconstrucción de algunas de esas antiguas viviendas en plena montaña. Es uno de los yacimientos arqueológicos mas completos de la protohistoria de la meseta de Castilla.

Está compuesto por un poblado amurallado, una necrópolis, y un santuario que se puede datar en la edad de hierro, estuvo asentado a lo largo de la mitad del ultimo milenio antes de Cristo.
Se han hallado restos de materiales pertenecientes a la Edad de Cobre, y pinturas rupestres y armas que pueden fechar en la edad de Bronce, lo cual permite afirmar que el hombre ha estado presente en estas tierras sin interrupción, desde el tercer milenio a.d.C.

Entre otros pueblos visitamos Candeleda que tiene un arquitectura muy atractiva.

Aquí queda un vídeo como álbum de fotos de estos días, en cuanto a las pistas de música, las he tenido que cambiar a lo que permite youtube.

Un momento curioso fue un encuentro con un rebaño de cabras que nos sorprendió con un improvisado y casual concierto en plena naturaleza:

No es lo mismo que el violín de María pero si sorprende. Unas vacaciones encantadoras.

Mª José